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La Bolsa alemana reduce las pérdidas tras la elección de Merz al segundo intento

El índice Dax ha llegado a caer más de un 2% tras el fracaso inicial del democristiano en su investidura

Un gráfico con la evolución del índice Dax, en la Bolsa de Fráncfort, este martes.
Álvaro Sánchez

Jornada de emociones fuertes en la Bolsa alemana. La sorpresiva decisión inicial del Bundestag de no investir como canciller al democristiano Friedrich Merz provocó a media mañana una caída superior al 2% en el Dax, índice que agrupa a las 40 mayores empresas del país. La incertidumbre política mantuvo las fuertes pérdidas durante buena parte de la sesión, hasta que la convocatoria de una nueva votación y, finalmente, la elección de canciller en un segundo intento difuminó los números rojos, que se reducen al 0,4% a una hora del cierre de sesión.

Contra todo pronóstico, un sector del Parlamento —probablemente de las filas socialdemócratas, con los que acordó formar coalición, aunque todo son especulaciones porque el voto es secreto— optó en la primera votación por oponerse a su elección, decisión que dejaba la cancillería en el limbo, sujeta al periodo máximo de 14 días para que la votación se repitiera. La incertidumbre no gusta a los mercados, por lo que la reacción fue inmediata: el Dax pasó en pocos minutos de caer en torno a medio punto porcentual a dejarse más del 2%, caídas que se fueron moderando conforme el mercado vislumbró una segunda votación que aliviara los nervios.

Los inversores tienen muchas esperanzas puestas en Merz, un antiguo directivo de BlackRock, la mayor gestora de activos del planeta. Sus ambiciosos planes de gasto —un endeudamiento masivo en defensa y un fondo de 500.000 millones de euros para infraestructuras y medio ambiente— aparecen en el horizonte como un modo de reactivar la economía del que sacarían provecho muchas empresas. Por eso, su derrota inicial (obtuvo 310 votos y necesitaba 316) abrió un momento de dudas que se tradujo en ventas en la Bolsa alemana. Conjuntamente, la CDU suma, con la CSU y los socialdemócratas 328 apoyos, pero para que la estabilidad regresara aún faltaba pasar de la teoría a la práctica, y que los díscolos, una vez enviado el mensaje de rechazo a Merz, volvieran a la disciplina de partido.

La Bolsa alemana era, mediada la mañana, la que peor se comportaba de entre los principales parqués del continente: solo tres de los 40 valores del Dax (la farmacéutica Fresenius, la eléctrica E.On, y la química Symrise) resistían en positivo, y algunos de sus nombres más señeros perdían más del 2%. Ese era el caso de Porsche, BASF, Infineon, Airbus, SAP, Siemens y Daimler.

La sorpresa por lo ocurrido en la primera potencia del euro se trasladó rápidamente a otros índices, aunque con menos dramatismo. El Ibex 35 español, que empezó la sesión en verde, perdía un 0,3%, París y Roma alrededor de medio punto, y el Eurostoxx 50, del que también forman parte algunas firmas alemanas, se dejaba un 1%.

Mientras se abría un breve periodo de negociación para que Merz cerrara las fisuras que se han presentado en la coalición (antes siquiera de echar a andar oficialmente), los inversores optaban por vender Alemania. El MDax, un índice que incluye a las 50 compañías germanas que siguen en tamaño al Dax (una especie de segunda división bursátil), llegó a caer más del 3%.

El impacto de estos descensos era en todo caso limitado si se observa el balance positivo de la Bolsa alemana este año: todavía ganaba un 15% desde que empezó 2025, y es la más rentable del continente junto al Ibex 35 español, que está ligeramente por encima.

El anuncio de aranceles por parte de Donald Trump el 2 de abril, en el llamado Día de la Liberación, provocó un desplome del que no se libró el Dax, con gran presencia de empresas exportadoras, pero la recuperación, como en otras latitudes, ha sido en V. Ahora, la incertidumbre política reaparece como un factor extra que puede penalizar a las Bolsas, también a la alemana. La insólita votación de hoy ha desvelado la fragilidad con que comienza el mandato de Merz, tras un resultado electoral que parecía haber puesto al país en el rumbo del crecimiento gracias a políticas expansivas en el gasto, tras dos años aciagos de pérdidas de PIB (tres décimas en 2023 y dos décimas en 2024).

Aun así, la presión para cerrar la crisis cuanto antes, y no dar oxígeno a la extrema derecha de Alternativa por Alemania, la gran beneficiada de las grietas entre socios, ha favorecido un rápido desenlace a una situación, que esta mañana amenazaba con crear una insólita crisis institucional en la mayor economía de la zona euro.

Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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